Mi amigo Andrés abre hoy esta nueva ventana al mundo, con la ilusión y el convencimiento de estar en el camino. Ese camino no es otro que descifrar el laberinto de quesos, pero sobre todo gentes, experiencias que habitan en su cabeza y como no puede ser de otra manera, llegar a la mayor cantidad de caras con ojos posibles y así seguir creciendo y aprendiendo.
En estos últimos años de viajes, trenes, aviones y muchas horas por el mundo. Sin contar los viajes en la furgoneta por todo nuestro país, creo que le esta llegado la hora de sentarse a procesar toda esa información, ponerle un poquito de orden, sin pasarse, y compartirla con todo aquel que se asome a esta su ventana.
Hay algo que he aprendido en este tiempo que he tenido el honor y privilegio de compartir con él, y que me gustaría fuera parte importante, no solo de este comienzo, sino de todo el recorrido, que esperemos sea largo, de esta su nueva aventura y otras que están por venir; y son los miles de personas esos “frikis del queso” como dice Andrés, y como muchas veces se autodenomina él. A me gusta llamarlos ratoncitos queseros, con manos y pies, que se distinguen del resto de animalitos por capaces de pasar desapercibidos mientras hacen de esta profesión auténticas maravillas y nos dan lecciones magistrales de vida…, pastores, ganaderos, queseros… muchos compañeros de viaje, del que afortunadamente tengo la enorme suerte de formar parte, pequeñita, pero parte. No quiero nombrar a todas esas personas porque podría pasarme horas, y seguro que me olvidaría muchísimas…, pero si mencionar al equipo de La Despensa de Andrés, encabezado por Lucí, su mujer, pieza clave y fundamental ya sabemos que detrás de un gran hombre, una mejor mujer. Amparo y Ana, incansables en la lucha diaria del puesto. Y Mauro el heredero, que ya es un fenómeno a pesar de su corta edad. Y nombrar también a todos los componentes de la Queescuadrilla, encargados de los catering de La Despensa de Andrés. Todos ellos son los verdaderos grandes del queso, ellos son la pasión de Andrés, uno de los mejores maestros queseros de nuestro país, que sigue creciendo, gracias a esa virtud innata que tiene de valorar lo pequeño, quedare con lo bueno, para luego compartirlo y ponerle amor y pasión. Andrés es esa persona que cuando la conoces descubres que sabe de quesos para hablar cien años, esa persona que sabes que nunca te va a fallar y que si un día la necesitas allí estará. Andrés es en el mundo del queso la unión de España de este maravilloso mundo. El universo del queso en este país está en deuda con el. Porque es la pieza que hizo que todo encajara.
Te deseo lo mejor, ha sido un placer encontrarte en esta vida, sabes que has sido parte importante para encontrar el sentido a lo que hago.